15 de noviembre de 2010

Condenada a la horca por blasfemar


Asia Bibi, madre de cinco hijos, fue condenada por un tribunal de Lahore a la pena capital por blasfemia, según el artículo 295-C del Código Penal, el pasado 8 de noviembre. Bibi se convierte así en la primera mujer en la historia de Pakistán que podría ser ahorcada si el Tribunal Supremo no anula el veredicto contra ella. Es el primer caso que se da de esta envergadura en Pakistán. Según la ley de protección de la mujer que promulgó el ex presidente, ex general y dictador Musharraf en 2005, una "criminal", sea cual sea su delito, nunca puede afrontar la pena capital.


Asia Bibi, cristiana de 45 años, se encontraba trabajando la tierra junto con otras campesinas musulmanas en la aldea de Ittanwali, a 75 kilómetros de Lahore, cuando su capataz le ordenó traer agua. Cargada con un barreño, derramó un poco de agua sobre las ropas del capataz. Una campesina le dijo: “aparta tus sucias manos de cristiana; vas a contaminar nuestra agua porque los de tu religión sois impuros”. Entonces, Bibi, cansada de aguantar insultos y agresiones de sus compañeras, profirió, presuntamente, una blasfemia contra el profeta Mahoma. 


Ha pasado un año y medio desde que Bibi fue arrestada. Ashig Masih, su marido, teme por la vida de su mujer. Amenazado por los vecinos furiosos, todavía no ha encontrado el valor para decirle a sus hijas que su madre podría morir ahorcada. 


“Mi esposa fue detenida y sin haber prestado declaración ante la Policía fue encarcelada injustamente a la espera de juicio durante un año, cuatro meses y ocho días”, lamenta el marido. Desde entonces, la comunidad cristiana de Lahore, la mayor de toda Asia con más de 30.000 creyentes, está consternada y preocupada por el injusto castigo a esta mujer cristiana. La familia, atemorizada por las posibles represalias, vive entre las sombras.


La ley sobre la blasfemia es utilizada a menudo como pretexto por los fundamentalistas para atacar a las minorías religiosas, sobre todo el Cristianismo que profesan el 4 por ciento de la población paquistaní. La ley fue impuesta por el dictador militar Zia ul-Hag, en la década de los ochenta. 

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